"Déjala ir."
"A la mierda todo."
"No vale la pena."
Esas y muchas otras son las frases que me repite todos los días mi cerebro y mis amigos. Pero... ¿Y qué con lo que dice mi corazón? ¿Y qué con lo que siento cada que la veo, cada que me mira directo a los ojos y yo siento como el mundo se desaparece y se me va la vida entre sus pupilas? ¿Cómo le hago entender a mi cerebro que yo daría lo que fuera por ser la dueña de esa sonrisa y ese caminar tan particular con el que se mueve por las calles haciéndole entender al mundo entero que ella es la dueña?
Y... ¿Cómo le hago entender a mi corazón que ella no es la persona con la que debo estar, que tiene que dejarla ir de alguna manera porque sino va a salir lastimado?
¿Cómo?
...
Tal vez debo dejarme ir a mí para dejarla ir a ella, tal vez deba simplemente desaparecer para que su esencia se desvanezca en la mía, tal vez... no, tal vez nada, ya me cansé de los "quizás", los "tal vez" y los "de pronto", la realidad es que ella nunca estuvo, está y muchos menos estará, ella con su talento para absorber miradas por doquier es simplemente una coleccioniste de sonrisas, mi sonrisa.