jueves, 17 de enero de 2013

A fool.

¿Será que hice bien?, ¿Será que en realidad lo correcto era dejar ir? ¿Será que era lo mejor separarnos?... Estas y otras cuantas preguntas son las que me vienen a la mente cada que la pienso, cada que me encuentro sola y necesito a esa persona que siempre estaba ahí, así fuera solo por compañía, ella.
Cada que pasan los meses, días, incluso minutos, la extraño aun más, la necesito aun más, y es ahí cuando me digo, ¡Eres una idiota! Tú, y nadie más que tú eres la responsable de que se fuera, de alejarla, de echarla de tu vida y hacerla querer irse, de agotarla, ya deja de arrepentirte y hazte cargo de las consecuencias, de no tenerla en tu vida, de no haber sabido querer realmente, crece, reacciona y aprende de esto para no cometer nunca más un error tan grande como este, crece y aprende. 
Yo fui quien le dijo que se fuera, yo fui quien la embarro, yo fui.
Por eso me declaro una estúpida en todos los sentidos de la palabra, por haber alejado a la única persona que realmente me amaba y a la que yo realmente amo.



jueves, 3 de enero de 2013

Abismo.

A veces creo sentir que estoy sentada en el filo de un muro, del cual si llego a caer, me topare con un precipicio infinito, uno que me llevara quiera o no, a la muerte; pero no me refiero a una muerte física, no, me refiero a un muerte emocional, astral, de esas que destruyen todo sin piedad alguna.
Es sentir que el vértigo al mirar ese precipicio infinito, va creciendo cada vez más, hasta el punto en que mis torpes pies y cuerpo me traicionan y caigo en él. Caer en él significa caer en mi, estar sola con mis pensamientos, con mi oscuridad, con esos recuerdos y fantasmas que creí olvidar, destruir. 
A medida que se cae, la desesperación te come, lenta y dolorosamente, quedas flotando en un sin fin de palabras no dichas, lagrimas no lloradas, sonrisas fingidas, abrazos no dados. A medida que se cae, reaccionas, hasta el punto en que ya te dejas caer sin resistencia. Hablo así, porque son varias las veces que he caído en ese precipicio, son varias las muertes astrales y emocionales que he tenido. Al final, sientes que estas muerta en vida, sientes que nada vale la pena, pero por eso mismo, exactamente por ese sentimiento de soledad, de sentir que no vale la pena luchar, de muerte, es que es indispensable levantarse, sacudirse los fantasmas, sacar una nueva vida astral y seguir adelante, no importa cuantos abismos  queden por caer, no importa cuantos fantasmas vuelvan a aparecer, al final, lo que cuenta es aprender y seguir, seguir y no detenerse.