domingo, 14 de diciembre de 2014

Qué maricada.

A veces uno divaga...
Divaga entre pensamientos, palabras, emociones, hechos... empieza a cerrar los ojos y de un momento a otro se da cuenta que está en otro mundo, en el propio; donde empiezan a correr, como una película de esas viejas proyectadas que corren algo lento y algo pobre, cada uno de esos hechos perseguidos por palabras, emociones
Donde no sabés si quedarte ahí viendo cómo pasa lentamente, salir corriendo o sentarte a llorar mientras te inundas de recuerdos, de melancolía.

La película se para, te limpiás esas lagrimas algo saladas, alzás la mirada y ahí está, el recuerdo que más duele, que más has intentado borrar, poner con llave y meterlo en el lugar más recóndito y oscuro de tu mente, ese lugar al que nunca llegás... Ella, juepueta, ella, ahí parada, simplemente viéndote.

Y llegás a esa escena en donde la viste por primera vez, donde te llenaste de su mirada profunda, de esa sonrisa coqueta que inspira mirarla de reojo y sin darte cuenta te estás mordiendo los labios de solo desear los suyos, de desearla a ella.

"Qué marica"

Te decís a vos mismo al acordarte de ese momento y de todas las malparideces que sabés que llegaron después gracias a esa sonrisa.
La película sigue rodando, cada vez hay más lagrimas, más melancolía, más maricada.

Te provoca cortar la cinta de esa película, quemarla, rayarla, olvidarla.

Abrís los ojos, la película se desvanece.

Volvés a cerrarlos porque a todos nos gusta un poquito de sufrimiento, un poquito de maricada.

sábado, 23 de agosto de 2014

Ir.

"Déjala ir."
"A la mierda todo."
"No vale la pena."

Esas y muchas otras son las frases que me repite todos los días mi cerebro y mis amigos. Pero... ¿Y qué con lo que dice mi corazón? ¿Y qué con lo que siento cada que la veo, cada que me mira directo a los ojos y yo siento como el mundo se desaparece y se me va la vida entre sus pupilas? ¿Cómo le hago entender a mi cerebro que yo daría lo que fuera por ser la dueña de esa sonrisa y ese caminar tan particular con el que se mueve por las calles haciéndole entender al mundo entero que ella es la dueña?
Y... ¿Cómo le hago entender a mi corazón que ella no es la persona con la que debo estar, que tiene que dejarla ir de alguna manera porque sino va a salir lastimado?

¿Cómo?

...

Tal vez debo dejarme ir a mí para dejarla ir a ella, tal vez deba simplemente desaparecer para que su esencia se desvanezca en la mía, tal vez... no, tal vez nada, ya me cansé de los "quizás", los "tal vez" y los "de pronto", la realidad es que ella nunca estuvo, está y muchos menos estará, ella con su talento para absorber miradas por doquier es simplemente una coleccioniste de sonrisas, mi sonrisa.

lunes, 21 de abril de 2014

Usted.

Para qué mirarla a los ojos y decirle "ámeme, quédese", si al momento de querer mover los labios ellos se cierran y se llenan de prejuicios, miedos... De  situaciones esfumadas por falta de miradas. Para qué mirarla cuando podría besarla y así hacerle entender que por usted daría mi ultimo suspiro, que a usted es a quien le pertenece mi ultimo pensamiento antes de dormir y el primero al levantarme. 

Usted es esa idea recóndita en mi mente que da vueltas y vueltas, una y otra vez.

Usted es, simplemente es.

viernes, 28 de marzo de 2014

14.02.

Ven; 
Ven con mesura, 
Lento, 
Con precaución; pero ven.

Acércate; 
Acércate cuidadosamente, 
Con desconfianza, 
Con temor; pero acércate.

Cuídame; 
Cuídame como a una niña perdida, 
Una niña rota, 
Con compasión, 
Con ternura; cuídame.

Quiéreme; 
Quiéreme profundamente, 
Sin control; quiéreme.

Déjate llevar por mi voz, 
Tu voz; 
Por mis manos, 
Tus manos; 
Por mis ojos,
Tus ojos; 
Por mis caricias, 
Tus caricias; 
Por mi respiración, 
Tu respiración;
Por mi cuerpo, 
Tu cuerpo; 
Por mi deseo, 
Tu deseo. Déjate llevar.

Ámame;
Con pasión,
Sin mirar atrás,
Sin mirar adelante,
Con restricciones...
Pero simplemente ámame.


Dicen...

Dicen que jamás amaré,
que mi alma es como una muralla.
Dicen que jamás volaré,
un corazón que no da la talla.

Dicen que nunca podré
amar como una mujer,
ni dejar atrás el miedo a perder el orgullo
que está marcado en mi piel.

Pero contigo aprendí a sentir algo más,
ahora por fin he aprendido a amar,
a dejar atrás el miedo a sentir
y experimentar el deseo de vivir.

Dicen que jamás creceré,
un alma sola en el desierto.
Dicen que jamas sentiré,
un témpano en el invierno,
intraspasable según ellos.

Pero contigo aprendí a sentir algo más,
ahora por fin he aprendido a amar,
a dejar atrás el miedo a sentir
y experimentar el deseo de vivir.