lunes, 21 de abril de 2014

Usted.

Para qué mirarla a los ojos y decirle "ámeme, quédese", si al momento de querer mover los labios ellos se cierran y se llenan de prejuicios, miedos... De  situaciones esfumadas por falta de miradas. Para qué mirarla cuando podría besarla y así hacerle entender que por usted daría mi ultimo suspiro, que a usted es a quien le pertenece mi ultimo pensamiento antes de dormir y el primero al levantarme. 

Usted es esa idea recóndita en mi mente que da vueltas y vueltas, una y otra vez.

Usted es, simplemente es.